Salir de la ignorancia es trascender el sufrimiento, pues éste, cumple una función señalizadora de nuestras tareas como almas que buscan adherirse a la divinidad.
Percepción de la Realidad
Desde la visión cabalística, la realidad que percibimos es solo una ilusión a consecuencia de nuestro contenido interior, memoria, deseos y la limitación de nuestros sentidos ordinarios (olfato, vista, gusto, tacto y oído). A través de nuestros cinco sentidos percibimos de forma sumamente limitada aquello que creemos que está fuera de nosotros.
El último gran cabalista, Baal HaSulam, planteaba “Vemos solamente nuestra propia interioridad” y explicaba que en la parte trasera del cerebro “hay como una cámara fotográfica que ilustra en ella todo lo que vemos, y nada está fuera de nosotros”.
Entonces, lo que asumimos como realidad y que percibimos con nuestros cinco sentidos, es a resultado de nuestra interpretación sesgada. Cada uno de nosotros interpretamos la realidad de forma distinta y, somos por consiguiente responsables de ella.
Realidad Permeada por nuestro Deseo de Recibir
Además, la Cábala nos enseña que la realidad que percibimos está absolutamente permeada por “nuestro deseo de recibir”. Los seres humanos, por diseño del creador, estamos dotados de esta cualidad: la supervivencia y/o los instintos de preservación.
Se podría decir que el sufrimiento es a consecuencia de percibir la realidad bajo la óptica del deseo de recibir, es decir, el cálculo de nuestras ganancias en cada uno de nuestros actos, la percepción limitada de la que hemos hablado, y la falta de asumir que vamos hacia un destino mayor o trascendental, que nos haga ver y confiar que todo lo que nos pasa es para nuestro bien.
Salir de la Ilusión
Entonces, salir de la ilusión solo se logra comprendiendo que somos ignorantes. Ampliar la percepción no puede escapar del entendimiento de nuestra limitación y curiosamente el “despertar” o “abrir los ojos”, obliga a comprender en cada momento nuestras limitaciones y las de nuestros semejantes.
La única realidad que existe desde nuestra percepción y en la cual podemos confiar, es aquella que nos señala a través de la incomodidad y sufrimiento, que hay que ajustar algo en nosotros: realizar nuestro Tikún (corrección del alma).
Salir de la ignorancia es trascender el sufrimiento, pues éste, cumple una función señalizadora de nuestras tareas como almas que buscan adherirse a la divinidad.